Le diagnosticaron la enfermedad en 2013 y, desde entonces, pasó a estrujar la vida con cada gesto, con cada reto, con cada sonrisa con la que anunciaba que no se rendiría.
Jorge Abarca ha fallecido. La ELA, finalmente, cumplió su terrible promesa. Han sido más de siete años luchando -le diagnosticaron cinco años de vida- contra una enfermedad dura, cruda y cruel. Pero también han sido siete años realizando retos increíbles, retos de un auténtico Iron-Man, con los que ha conseguido recaudar fondos, apoyos y demostrar que merecía la pena correr la carrera; pese a conocer el final.
Jorge Abarca falleció en la noche de este jueves 17 de septiembre, en Granada. Su entierro será el sábado 19, ya que ha querido donar todos sus órganos, en un último gesto de solidaridad.
«Se marcha realizando su último gran reto: intentará salvar o mejorar la vida de las personas que sean beneficiarias de sus órganos. Estas personas serán muy afortunadas de tener parte de este héroe»
Así contaban la triste noticia en su blog personal:
«Tras más de siete años luchando contra la ELA, sabiendo desde el principio que llegaría el final mas pronto que tarde, mostrando a la ciudadanía la crueldad de esta enfermedad, realizando retos increíbles para colaborar en proyectos de investigación, viviendo sin poder vivir (…) Se marcha realizando su último gran reto: intentará salvar o mejorar la vida de las personas que sean beneficiarias de sus órganos. Estas personas serán muy afortunadas de tener parte de este héroe».
2013
A Jorge Abarca le diagnosticaron Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) en 2013. Antes de eso, como reza el mensaje principal en su cuenta de Twitter, «solo vivía», desde aquel día «muero por vivir». Decidió que lo que necesitaba su cuerpo y su mente eran empezar a disfrutar de la vida y contagiar a cualesquiera que se le acercaran de que es la manera de ser feliz. Toda su vida había hecho deporte y desde 2013 «me tuve que adaptar», contaba en una entrevista. Además de disfrutar de la vida a través del deporte, quiso dar visibilidad a una enfermedad que necesita mucha más inversión en investigación para encontrarle la cura que aún no tiene. Completó dos veces el Camino de Santiago y luego se pasó al tándem y a un triciclo adaptado para coronar siete cumbres del Tour de Francia y de la Vuelta a España. «Lo único que he hecho desde que se me diagnosticó la enfermedad es agarrarme a la vida y disfrutar del día a día», dijo.
«En la vida lo más importante somos las personas, y lo más importante que tenemos es nuestro tiempo. Algunos no tenemos todo el tiempo que quisiéramos, pero vivimos más que quien cree tener todo el tiempo del mundo. Tiempo que pasa y que no vuelve, así que aprovecharlo. Y si podéis compartir algo de ese tiempo con quien más lo necesita, os hará aún mejores personas».
Granada pierde uno de sus grandes héroes. Descanse en paz. No te olvidaremos.
Fuente: ideal.es/granada