Científicos rusos investigan esta sustancia para desarrollar nuevos medicamentos.
Científicos rusos y extranjeros descubrieron en el veneno de los arácnidos una sustancia cuyo estudio permitirá desarrollar fármacos que cohíban la actividad excesiva de las células nerviosas e impidan su destrucción masiva, la respectiva información se publicó en la revista Neuron.
“Las sustancias que la araña usa para matar su víctima nos ayudarán a crear preparados para el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas”, comentó el científico ruso Alexandr Vasilevski.
Sustancias análogas a muchos fármacos, drogas y venenos se descubren últimamente en organismos que habitan en mares y tierra firme; hace cinco años, por ejemplo, biólogos franceses lograron separar un analgésico muy fuerte, la mambalgene, a partir del veneno de la serpiente mamba negra, el cual crea en el organismo humano el mismo efecto que los opiáceos, pero no provoca adicción.
Biólogos rusos hallaron hace poco en el veneno de los moluscos marinos cónidos una molécula similar a la insulina, pero de centenares de veces más veloz en hacer efecto, y también un analgésico que no hace efecto adverso colateral.
Vasilevski y sus colegas rusos y extranjeros, al estudiar toxinas de las arañas Argiope lobata, descubrieron otra sustancia natural que podría resultar útil para los seres humanos.
Las toxinas de animales contienen un coctel de proteínas y otras moléculas capaces de bloquear el funcionamiento de las células nerviosas, lo que en una situación normal provoca parálisis de la víctima, pero si el funcionamiento de las neuronas falla, pueden contribuir a que se estabilice y que las células nerviosas no mueran.
Los científicos esperan que sus estudios ayuden a los farmacólogos a desarrollar medicinas capaces de frenar la muerte de neuronas que causa las enfermedades como Alzheimer, Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica que padeció Stephen Hawking.
Fuente: Sputnik News