La UAB desarrolla un tratamiento con el objetivo de frenar la progresión de la enfermedad neurodegenerativa
Si la inflamación en el tejido nervioso es clave en la progresión de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), ¿cómo es que los fármacos antiinflamatorios no son eficaces para tratar la enfermedad? La respuesta, sostiene el neurocientífico Rubèn López Vales, de la Universitat Autònoma (UAB), puede abrir la vía a la primera terapia para frenar la progresión de esta dolencia neurodegenerativa devastadora.
La ELA se caracteriza por la destrucción progresiva de las neuronas que controlan los movimientos musculares. Aunque se dan casos excepcionales de larga supervivencia como el de Stephen Hawking, la mayoría de afectados mueren entre tres y cinco años después del diagnóstico.
La causa de la enfermedad se desconoce en la gran mayoría de pacientes, pero se ha observado que el sistema nervioso de personas con ELA presenta un nivel de inflamación patológico, lo que contribuye a agravar la enfermedad.
Los investigadores han ensayado con éxito en ratones una molécula que podría convertirse en un fármaco contra la ELA
“Los antiinflamatorios clásicos impiden que la inflamación se produzca. Pero en la ELA la inflamación ya se ha producido; lo que necesitamos son fármacos que ayuden a que se resuelva”, sostiene López Vales.
El cuerpo humano dispone de sus propias estrategias para resolver la inflamación. Lo hace con moléculas llamadas mediadores pro-resolutorios, que están derivadas de las grasas omega 3. Según ha descubierto el investigador de la UAB, las personas con ELA no tienen estas moléculas en su líquido cefalorraquídeo –el que baña el cerebro y la médula-, lo que les impide revertir la inflamación en su sistema nervioso. Pero si se les administran estas moléculas como fármacos, y se consigue que lleguen al sistema nervioso, tal vez se pueda reducir la inflamación y frenar la progresión de la enfermedad.
La idea ya se ha ensayado en ratones, a los que se han administrado mediadores pro-resolutorios con resultados preliminares prometedores. La UAB ha patentado estas moléculas para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas con el objetivo de desarrollar un fármaco que llegue a los pacientes. “Si todo sale tal como esperamos, en cinco años podemos estar en condiciones de iniciar un ensayo clínico”, señala López Vales.
Este proyecto de investigación forma parte del programa ‘Questions for the Future’ de ‘la Caixa’, entidad que apoya a Big Vang.
Fuente: La Vanguardia