Un buen complemento al tratamiento médico y psicológico puede ser tener una mascota en casa.
Según los estudios, los animales tienen la capacidad para reducir de manera considerable todos los tipos de sentimientos negativos. La fatiga, el estrés, la tristeza, la congoja, la soledad, la angustia y la depresión se van como por arte de magia cuando estamos cerca de nuestras mascotas.
Las dos clásicas compañías que pueden lograr esto son el perro y el gato. Está comprobado que cuando miramos fijamente a nuestro can, el cerebro produce más hormona oxitocina, conocida como “la de la felicidad”. Por su parte, oír el ronroneo de un felino cerca de nosotros alivia la ansiedad y nos cama de inmediato.
Por último, si no puedes tener una mascota en casa por cuestiones de espacio, tiempo o dinero, te recomendamos que hagas una terapia perruna o gatuna de vez en cuando. ¿Cómo? Yendo a un refugio para animales, visitando a un familiar o amigo que tenga mascota o simplemente demostrando afecto a un perro abandonado. ¡Verás cómo te sientes mejor al instante!
Fuente: Clínica Anti Suicidio