Quiere dar visibilidad a la ELA.
Ángel Arcos es una persona gandiense que recién fue diagnosticado con Esclerosis Lateral Amiotrófica y ha decidido hacer algo increíble por toda la comunidad antes de que la enfermedad se apodere de su cuerpo. «Comencé a sentir debilidad en el brazo izquierdo, y en la pierna de ese mismo lado y así comenzaron mis molestias, hasta que fui diagnosticado»
Ángel ha decidido hacer una marcha en bicicleta y a pie durante 45 días, desde el Instituto Ausias March de Gandia hasta Santiago de Compostela. Lo que tendrá como objetivo darle mayor visibilidad a la enfermedad y conseguir fondos para la investigación que contribuya a buscar nuevas alternativas para combatir la enfermedad y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
«Es un reto que en realidad es un homenaje a los afectados por la ELA que ya no pueden hacerlo», comenta Ángel, consciente del destino que le espera. «Poco a poco, la enfermedad me irá paralizando, y antes de que vaya a más, como aún puedo valerme por mí mismo, voy a recorrer 1.300 kilómetros para dar visibilidad y poder recaudar dinero que se destinará íntegramente a la lucha contra la enfermedad», apunta.
Durante la primera semana, llegará hasta Roncesvalles, en Navarra en bicicleta y después se pondrá su marcha en dirección a Camino de Santiago a pie. Recorrerá 1.300 kilómetros lo que será poner a prueba el cuerpo de Ángel.
«Competí tres años en ciclismo y he participado en muchas carreras», afirma. También practicaba la natación y era un asiduo corredor.
En su trayecto estará bien acompañado: «Mi familia entera me acompañará en dos coches de apoyo los dos primeros días», explica, «y después, hasta llegar a Roncesvalles, sólo vendrán mis padres en un coche». En el tramo a pie, desde esta localidad navarra hasta Santiago, Ángel espera la visita de otros afectados de ELA con los que ya ha contactado.
La iniciativa se llama “ De Gandia a Santiago. Kilómetros Solidarios por la ELA” ha sido apoyada por muchos negocios y particulares, entre los que destacan Decathlon, Fundación Balearia y el colectivo motero Alma de Acero.
«Poco a poco me di cuenta de que ya no podía hacer mis funciones, no coordinaba bien los brazos y no podía coger peso», comenta. «Ahora ya me han dado la discapacidad y pienso dedicar mi tiempo a que la gente conozca la situación por la que pasamos y apoye la investigación científica, porque hay medicamentos que están a prueba, pero hay que recaudar mucho para que continúen los avances».
Una noticia y testimonio que le da esperanza a la comunidad del ELA no solamente en España sino a nivel mundial. Ángel enfrentará su nuevo reto con valentía y con la esperanza de darle a la comunidad del ELA mucha más voz para ser escuchada.
Fuente: Levante