Es necesario tener un amplio conocimiento y mucha atención, en especial por parte de los pacientes y cuidadores ya sea en casa como en el hospital.
La traqueotomía es una abertura (hecha por medio de una incisión quirúrgica) ubicada en la parte delantera del cuello y que conecta a la tráquea. Luego, se coloca un tubo de plástico a través de esta incisión con la finalidad de mantener abiertas las vías respiratorias y permitir que el paciente pueda respirar. Por lo general, este procedimiento se realiza en caso de emergencia debido a un bloqueo en la garganta a causa de una reacción alérgica o un tumor en crecimiento. Las traqueotomías pueden ser temporales o permanentes.
Realizar una limpieza por aspiración.
1) Reúne los materiales adecuados. Es importante realizar el procedimiento de aspiración porque ayuda a mantener las vías respiratorias despejadas de secreciones (moco), lo que le permite al paciente respirar mejor y reduce el riesgo de una infección pulmonar. La falta de una aspiración apropiada es una causa importante de infección en las personas a quienes se les realiza una traqueotomía.
Los materiales necesarios son los siguientes:
– Máquina de aspiración
– Catéteres (tubos) para aspirar (los tamaños 14 y 16 son para adultos)
– Guantes de látex estériles
– Solución salina normal
– Lavado salino normal ya preparado o en una jeringa de 5 ml
– Recipiente limpio lleno con agua de grifo
2) Lávate bien las manos. Los cuidadores (ya sea en el hospital o en casa) deben lavarse las manos antes y después de cuidar una traqueotomía. El objetivo principal de esto es proteger al paciente de las infecciones bacterianas que puedan afectarlo por medio del agujero ubicado en su cuello. Lávate las manos con agua tibia y jabón durante al menos 20 minutos y no olvides restregar entre los dedos y debajo de las uñas. Sécate las manos con toallas de papel o un paño limpio. Cierra el grifo con la ayuda de una toalla de papel o un paño a modo de barrera para no contaminar nuevamente tus manos. Otra opción es que puedes frotarte las manos con un desinfectante a base de alcohol y luego secártelas al aire.
3) Prepara y prueba el catéter. Debes abrir cuidadosamente el paquete de la máquina de aspiración, procurando no tocar la punta del catéter. No obstante, sí puedes tocar la válvula para el control de la aspiración ubicada en el extremo del catéter, así que no te preocupes por eso. Por lo general, el catéter está unido al tubo traqueal que, a su vez, está conectado a la máquina de aspiración. Enciende la máquina de aspiración y prueba la punta del catéter para ver si puede aspirar. Para hacer la prueba, coloca el pulgar sobre el puerto del catéter y luego sácalo. Un tubo traqueal podría tener una abertura única o una doble, y puede tener un mango o no, así como estar fenestrado (lo que permite el habla) o no.
4) Prepara al paciente y administra la solución salina. Asegúrate de que los hombros y la cabeza del paciente estén ligeramente elevados, además de que este se mantenga cómodo durante todo el procedimiento. Pídele que respire profundamente unas 3 o 4 veces para tranquilizarse. Una vez que el paciente se encuentre en la posición correcta, administra de 3 a 5 ml (0,10 a 0,17 oz) de solución salina en el tubo traqueal para estimular la expectoración del moco y humedecer las membranas mucosas. Es necesario aplicar la solución salina continuamente mientras se hace la aspiración para evitar la formación de tapones de moco espeso en el interior de la tráquea, lo que puede bloquear el paso del aire.La cantidad de veces en que debes aplicar la solución salina variará dependiendo del espesor o de la cantidad de moco que el paciente produce en la tráquea. Los cuidadores deben prestarles atención al color, olor y espesor de las secreciones mucosas para determinar si existe una infección, pues en caso de que se produzca, el moco adopta un color verde grisáceo y huele mal.
5) Introduce el catéter y comienza a aspirar. Dirige el catéter con suavidad hacia el tubo traqueal hasta que el paciente comience a toser o hasta que no puedas empujar más. En la mayoría de los casos, esta distancia debe encontrarse entre los 10 a 12 cm (4 a 5 pulgadas) de profundidad en el tubo de traqueotomía. La curva natural del catéter debe seguir la curva del tubo traqueal. Considera al catéter un dispositivo de aspiración para la limpieza del tubo traqueal. Debes retirar el catéter un poco antes de realizar la aspiración para que el paciente se sienta más cómodo. Aspira cubriendo la válvula para el control de la aspiración mientras retiras el catéter del tubo traqueal realizando un movimiento lento y circular. No debes aspirar por más de 10 segundos. Los tubos de traqueotomía vienen en diversos tamaños y materiales tales como los de plástico semiflexible, plástico rígido y metal. Algunos de ellos son desechables mientras que otros son reutilizables.
6) Permite que el paciente respire. Pídele al paciente que respire profundamente de 3 a 4 veces entre las secciones de aspiración porque durante el funcionamiento de la máquina, muy poco aire llegará a los pulmones. Los pacientes deben recibir oxígeno después de cada sesión de aspiración o tener el tiempo para respirar profundamente por su cuenta. Después de quitar el catéter, elimina las secreciones presentes en él aspirando agua de grifo, y luego lávalo con agua oxigenada (peróxido de hidrógeno). Si el paciente produce una mayor cantidad de secreción que es necesario aspirar, repite el procedimiento.Repite la aspiración hasta que las vías respiratorias estén despejadas de moco o secreciones.Después de la aspiración, el oxígeno volverá al nivel de flujo que tenía antes del procedimiento.
Limpiar el tubo traqueal.
1) Reúne los materiales necesarios. Es importante que mantengas los tubos traqueales limpios y libres de moco o residuos extraños, de modo que es recomendable limpiarlos por lo menos 2 veces al día (una vez por la mañana y una por la noche). No obstante, mientras mayor sea la frecuencia con que lo hagas, mejor.
A continuación, esto es lo que necesitarás:
– Solución salina estéril
– Agua oxigenada diluida al 50 % (la mitad de agua combinada con la mitad de agua oxigenada)
– Recipientes pequeños y transparentes
– Cepillo fino pequeño
2) Lávate las manos. Es muy importante que te laves las manos y elimines todos los gérmenes y suciedad. Esto ayudará a prevenir cualquier infección a causa de la poca higiene. El procedimiento adecuado para lavarse las manos está señalado en los pasos anteriores. Lo más importante que debes recordar es que debes usar un jabón suave, frotarte bien y enjuagarte con una toalla limpia y seca.
3) Remoja el tubo traqueal. En un recipiente, echa agua oxigenada diluida al 50 % y, en otro recipiente, la solución salina estéril. Retira cuidadosamente el tubo traqueal interior mientras mantienes fija la placa del cuello, lo que aprenderás a hacer con la ayuda del médico o enfermera en el hospital. Coloca el tubo traqueal en el recipiente que contiene el agua oxigenada y déjalo remojar por completo hasta que las partículas presentes se ablanden, disuelvan y desaparezcan. Algunos tubos traqueales son desechables y, si tienes repuestos, no es necesario limpiarlos.
4) Limpia el tubo traqueal. Con la ayuda de un cepillo fino, limpia cuidadosamente el interior y exterior del tubo traqueal, asegurándote de que no queden moco ni cualquier otro desecho. Procura no aplicar demasiada fuerza ni utilizar cepillos ásperos para limpiar el tubo traqueal, pues podrían dañarlo. Al terminar, remójalo en la solución salina durante al menos 5 a 10 minutos para esterilizarlo. Si ya no te queda solución salina, puedes remojar el tubo en vinagre blanco diluido con un poco de agua. Si utilizas tubos traqueales desechables, omite este paso.
5) Vuelve a colocar el tubo en el agujero de la traqueotomía. Después de limpiar y esterilizar (o reemplazar) el tubo traqueal, vuelve a colocarlo cuidadosamente en el agujero de la traqueotomía mientras mantienes fijo el placa del cuello. Gira el tubo interno hasta que encaje en su posición. Puedes empujarlo ligeramente para asegurarte de que el tubo interno se encuentre fijo en su lugar. De esta manera, completarás exitosamente el proceso de limpieza. Si lo haces por lo menos 2 veces al día, podrás prevenir infecciones, obstrucciones y demás complicaciones.
Limpiar el estoma.
1) Evalúa el estado del estoma. El estoma es el agujero ubicado en el cuello o tráquea por donde se introducen los tubos para que el paciente pueda respirar. Es necesario revisarlo siempre después de realizar la aspiración para ver si hay ruptura de la piel y señales de infección. Si observas síntomas de infección (o si hay algo que te parezca sospechoso), consulta inmediatamente con un médico. Los síntomas de una infección en el estoma pueden ser enrojecimiento e hinchazón, dolor y secreción de pus maloliente. Si el estoma está infectado e inflamado, será más difícil colocar los tubos traqueales. Si el estoma está pálido o azulado, podría indicar un problema de circulación de sangre al tejido, por lo que debes ponerte en contacto con tu doctor de inmediato.
2) Limpia el estoma con un antiséptico. Cada vez que retires un tubo traqueal, limpia y desinfecta el estoma. Utiliza una solución antiséptica como Betadine o una solución similar. Para limpiarlo, es necesario realizar movimientos circulares (con una gasa estéril) comenzando en la posición de las 12 en punto y desplazándote en dirección descendente hacia las 3 en punto. Luego, utiliza una gasa remojada en antiséptico y limpia en dirección hacia la posición de las 9 en punto. Para limpiar la mitad inferior del estoma, utiliza una gasa nueva desde la posición de las 3 en punto hacia las 6 en punto. Luego, vuelve a limpiar desde la posición de las 9 en punto hacia las 6 en punto.
3) Cambia el vendaje con frecuencia. Es necesario cambiar el vendaje que rodea al estoma por lo menos 2 veces al día. Esto ayudará a prevenir una infección en esta zona y en el sistema respiratorio (pulmones), además de promover la integridad de la piel. Un vendaje nuevo ayudará a aislar la piel y absorber las secreciones que puedan filtrarse alrededor del estoma. Es necesario cambiar inmediatamente un vendaje húmedo, de lo contrario, propagará las bacterias y puede provocar complicaciones de salud. No olvides cambiar las cintas (lazos) que mantienen fijo el tubo traqueal cada vez que se ensucien o se mojen. Mientras cambias las cintas, asegúrate de mantener el tubo traqueal en su lugar.
Administrar el cuidado diario.
1) Cubre el tubo cuando te expongas al exterior. La razón por la que los médicos y los profesionales de salud insisten tanto en cubrir el tubo traqueal es que las partículas y los residuos extraños pueden ingresar en el tubo descubierto en dirección hacia la tráquea. Estas partículas extrañas pueden ser polvo, arena u otros contaminantes generales en la atmósfera. Esto puede provocar irritación e incluso infección, lo que es imperativo evitar. El ingreso de residuos en el tubo provoca una producción excesiva de moco en la tráquea, lo que puede obstruir dicho tubo y causar dificultades para respirar además de una infección. Si pasas mucho tiempo expuesto al aire libre, es necesario limpiar el tubo traqueal con más frecuencia, en especial si hay mucho viento o polvo.
2) Evita nadar. La natación puede ser muy peligrosa para una persona que tiene una traqueotomía. Mientras nadas, el agujero de la traqueotomía no está totalmente sellado ni tampoco la tapa del tubo. Por ende, el agua entrará directamente, lo que puede provocar una afección conocida como “neumonía por aspiración” (agua en los pulmones que provoca la asfixia). La neumonía por aspiración, aun en pequeñas cantidades de agua, puede provocar la muerte por asfixia. Incluso el ingreso de cantidades pequeñas de agua en los pulmones puede aumentar el riesgo de una infección bacteriana. Cubre el tubo y también ten cuidado cuando te bañes o te duches.
3) Mantén húmedo el aire que respiras. Cuando las personas respiran por la nariz (y los senos paranasales), el aire tiende a conservar más humedad, lo que es mejor para los pulmones. No obstante, las personas que tienen una traqueotomía no poseen esta capacidad, de modo que el aire inhalado tiene el mismo nivel de humedad que el que se encuentra en el ambiente. En climas secos, esto puede provocar problemas, de modo que es importante que mantengas el aire que respiras lo más húmedo posible. Coloca un paño húmedo en el tubo traqueal con la finalidad de conservar la humedad. Utiliza un humidificador para humedecer el aire durante climas secos.
Fuente: wikiHow