Me llamo Ana Lilia tengo 37 años, casada con el amor de mi vida, somos almas gemelas él se llama Enrique. De nuestro amor nacieron dos hijos muy guapos Rodrigo de 18 y Gael de 9.
Dios me ha bendecido con 5 hermanos maravillosos y una mamá fuerte y valiente algo así como una guerrera.
Todo cambió en abril de 2017 cuando de la nada se me caían las cosas de la mano derecha, al hablar mi voz se escuchaba ronca, empecé a notar que hablaba raro, mi preocupación empezó cuando mis dedos de la mano izquierda empezaron a atrofiarse, entonces comenzaron las visitas al médico; fue un año de incertidumbre, desesperación, miedo. Hubo una larga lista de doctores así como de medicinas, hasta que en octubre de 2018 un neurólogo de la CDMX me dio el diagnóstico, aún recuerdo ese momento, estaba en compañía de mi esposo, nos quedamos helados cuando el doctor nos dijo: ¡no hay nada que hacer!, tienes una enfermedad neurodegenerativa llamada Esclerosis Lateral Amiotrófica, jamás habíamos escuchado ese nombre. Nos abrazamos, ¡no podía llorar por tan terrible noticia!, volvimos a casa se lo compartimos a la familia, nadie dijo nada, no sabían al igual que yo a qué nos enfrentaríamos.
Dejamos al tiempo que hablara y sí que hablo, a mi despidieron del trabajo, a mi esposo también trabajábamos juntos en un rancho en Valle de Bravo, entonces sin empleo, sin dinero los ahorros se terminaron mi esposo se vio acorralado entonces me compartió su idea de irse a trabajar a los Estados Unidos pero buena o mala esa fue la decisión, ¡auch! aun duele que la ELA nos haya distanciado pero seguimos juntos y unidos porque el verdadero amor prevalece a kilómetros de distancia.
En mi soledad, hubo un momento en donde no sabía ¿A dónde ir?, me decía Ana no puedes rendirte, tú tan alegre, tan sonriente siempre, si hay algo que te caracteriza es tu alegría, esa sonrisa auténtica, me propuse a que la ELA no la va borrarla de mi rostro. Entonces ese día agarré ese libro que nadie lee cuando estamos sanos y lo tenemos todo, sí hablo de la Biblia ¿Quién se acuerda de Dios? cuando todo va bien .Al leerla fue algo sobrenatural que traspasó todo mi ser entonces mi espíritu despertó y se fortaleció tanto, cuando leía: “Esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes, enfócate en todo lo que es verdadero, correcto, puro, hermoso y admirable” Si, me estaba hablando a mí, entonces mi espíritu se conectó con esa Deidad que cambió por completo mi sentir, desde ese momento dejé a un lado la enfermedad porque encontré una nueva forma de vivir mi vida hoy solo agradezco cada día por lo que tengo, la ELA no es el centro de atención para mí, hay cosas más importantes porque levantarme cada día, mis hijos, mis gatos (soy amante de los gatos) tengo 5 hermosos gatos que me llenan de paz con sus ronroneos y sus caricias, ¡cómo no amar mi vida! si estoy rodeada de amor puro, “Graciaaaas Diooos”
A mis 37 años solo puedo decir que soy muy bendecida que tengo una familia maravillosa que siempre está para mí y yo para ellos y cada día es un milagro divino una oportunidad para agradecer, perdonar, disfrutar y brillar con esa luz propia porque cuando soy débil entonces soy fuerte, aunque mi cuerpo se va desgastando, pero mi espíritu se fortalece día con día.
Anys Rodríguez