La situación y relación entre cuidador y paciente no siempre es fluida. Esta relación evoluciona con la enfermedad del paciente que conlleva también cambios en las necesidades del mismo creando diferentes momentos del cuidado.
Por eso las técnicas de relajación se hacen visibles para evitar niveles de frustración y desasosiego o incluso ejercicio físico con personas dependientes.
Cada relación pasa por fricciones que muchas veces se solucionan con la comprensión por parte del cuidador, conocedor de la dolorosa situación que sufre el paciente.
Puede parecer un tema menor hablar de la relajación del cuidador y persona dependiente en una situación tan delicada como es una enfermedad o incapacidad física, pero no se trata de la enfermedad, se trata del paciente y quién está con él día a día.
Los cuidadores son los encargados de proveer cuidado, alimento y compañía a los afectados y sufren con ellos los vaivenes anímicos del paciente.
Existe un verdadero síndrome del cuidador en el que aparece la irritabilidad y se pierden habilidades sociales que no son fácilmente reconocibles.
Por ello, es necesario aprender a estar relajados para afrontar el día a día. Te dejamos formas de cómo lograrlo.
Ejercicio de relajación para cuidadores a través de los músculos.
Esta técnica es muy utilizada y consiste en ir relajando los grupos musculares del cuerpo de manera progresiva, haciendo un pequeño recorrido por cada zona de nuestro cuerpo. Con este trabajo, reducimos la ansiedad relacionada con procesos físicos.
La puedes practicar sentado o tumbado, siempre que sea cómodo. Una vez estés en posición dedica unos segundos a respirar profundamente con el diafragma.
Con la respiración profunda del diafragma concéntrate en tu pie derecho y contrae con fuerza los músculos de esa parte del cuerpo, tensándolo durante 5 segundos y concentrando tu fuerza en el pie, para después destensar y centrar tu atención sobre esa sensación de relajación. Una vez hecho eso repite con los diferentes grupos musculares, músculos, abdomen, cuello, brazos… logrando poco a poco una desactivación muscular.
Atención plena en tu respiración
En cualquier lugar de tu casa, en el mayor silencio posible, piensa que solo existes tú y tu respiración, pensando plenamente en tu respiración durante un minuto o dos, haciendo plenamente respiración diafragmática centrándote en las sensaciones internas que produce la respiración, en el oxigeno entrando en tus pulmones y llenando el diafragma.
Masajea las orejas
Esta parte del cuerpo es una de las zonas con más terminaciones nerviosas, suelen ser uno de los sitios más placenteros que ayudan a desestresar y relajar los nervios en cualquier lugar.
Haciendo estos tres ejercicios diarios te ayudarán a sentirte mejor y menos irritable, más predispuesto a ayudar a la persona dependiente y con mejor ánimo ante situaciones de conflicto.