Cada vez más investigadores intuyen que ahí se encontrarán respuestas muy importantes para enfermedades graves sin tratamiento, como es la ELA.
Esta semana no vamos a concretar demasiado, simplemente apuntaré un tema para que sirva de reflexión inicial. Ha de ser así puesto que, de momento, la ciencia no es capaz de profundizar mucho más.
Pero los indicios que se van conociendo en los últimos tiempos no paran de poner al sistema digestivo y a la alimentación en el punto de mira. Cada vez más investigadores intuyen que ahí se encontrarán respuestas muy importantes para enfermedades graves sin tratamiento como es la ELA.
No cesan de aparecer estudios que evidencian el papel fundamental que juega en nuestra salud la microbiota, que es el conjunto de microorganismos, entre ellos bacterias, que habitan en nuestros intestinos y que son fundamentales en la digestión.
Es de gran complejidad, pero cada vez parece más probable que muchas patologías sin relación aparente puedan ser explicadas a través de la microbiota.
En distintos laboratorios, no solo se están buscando relaciones con ELA, alzhéimer o párkinson, también en otras patologías tan diversas como diabetes o la enfermedad por VIH.
Alimentarse con responsabilidad
De momento, no hay que alarmarse y dar por sentadas ideas que son todavía líneas de investigación. Es de gran complejidad y llevará años de investigación, pero cada vez parece más probable que muchas patologías sin relación aparente con los intestinos puedan ser explicadas y tratadas a través de la microbiota.