Soy Emma Alfaro Contreras “tan solo por los colores vale la pena vivir”.
Soy Emma Alfaro Contreras, tengo 58 años de edad, a los 44 me diagnosticaron una enfermedad rara y maligna, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), no puedo maldecirla porque forman parte de la vida, estamos programados para morir. La muerte es un proceso natural de la vida de la cual nos deberían hablar de niños para no temerle y que nuestra resiliencia fuese menos prolongada.
Somos tan solo un átomo flotando en el inmenso espacio, en cualquier momento el cosmos nos puede desintegrar.
En un principio de la enfermedad lloraba desconsoladamente corroída por la nostalgia de conversar con los demás porque deje de hablar desde un principio, solo emitía sonidos guturales incomprensibles, yo que era una persona introvertida ahora me daba cuenta de la importancia de la comunicación y además con muchos sueños por realizar. Un día, cansada de tanto llorar, me dije a mi misma que ya que no podía darme una buenas bofetadas, mis brazos estaban paralizados: ¡Emma en realidad vas a llorar toda tú vida a tú desgracia! acepta tú enfermedad vive y convive con ella, es tan hermosa la vida, se feliz y sonríele, es la mejor medicina sonreírle a la desgracia. . Desde ese día las lágrimas cesaron, el rostro se iluminó de felicidad, los labios expresaron una hermosa sonrisa.
Nunca le di importancia a la ELA, bloqueé mi mente y seguí haciendo mi vida lo más normal que fuera. No les daba importancia a las miradas escudriñadoras de las personas, ni mucho menos cuando los niños me decían “chucky” por los cabellos rojos y parados.
Desde niña fui muy inquieta, ahora sigo siendo igual por eso realizó diversas actividades como leer, pintar, escribir, meditar, me dedico al hogar. Recuerden que la vida no tiene limites, es la mente quien los pone.
Los invito a que los pocos años que nos quedan los vivan a plenitud, deléitense del cielo, el viento, la lluvia, las flores, escuchen el canto de las aves, el vuelo de las mariposas tan solo por los colores vale la pena vivir.
Emma Alfaro.