La ELA es una enfermedad que tiene una media de supervivencia entre sus pacientes de tres a cinco años.
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad del sistema nervioso central, caracterizada por una degeneración progresiva de las neuronas motoras en la corteza cerebral (neuronas motoras superiores), tronco del encéfalo y médula espinal (neuronas motoras inferiores).
Cada 21 de junio se conmemora el Día Mundial de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad que tiene una media de supervivencia entre sus pacientes de tres a cinco años.
La ELA es una enfermedad que amenaza la autonomía motora, la comunicación oral, la deglución y la respiración, aunque se mantienen intactos los sentidos, el intelecto y los músculos de los ojos.
La consecuencia es una debilidad muscular que puede avanzar hasta la parálisis, extendiéndose de unas regiones corporales a otras.
Síntomas de tener esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
Los expertos aseguran que la ELA, cuando aparece, puede llegar a tener unos síntomas tan leves que a menudo pasan desapercibidos.
Desde la ALS Association, la organización que se encarga de la investigación global de la esclerosis lateral amiotrófica, destacan que conforme avanza la enfermedad y aparecen los síntomas, debemos incluir:
- Debilidad muscular en manos, brazos, piernas o los músculos del habla, de la acción de tragar o respirar.
- Discapacidad del uso de brazos y piernas.
- Tics (fasciculación) y calambres musculares, especialmente en manos y pies.
- «Tragarse las palabras» y dificultad para proyectar la voz.
- En etapas más avanzadas, falta de aliento y dificultad para respirar y tragar.
Pero esta enfermedad será diferente en casa persona, ya que puede variar bastante de una persona a otra. De hecho, el ritmo de avance de la ELA cambia según la persona. El síntoma inicial de una persona con ELA puede ser la tartamudez o la dificultad para levantar objetos.
De media, la supervivencia de esta enfermedad es de tres a cinco años, aunque hay casos en los que el paciente vive diez o más años.
Desde la ALS Association destacan que en un número reducido de personas, se ha sabido que la ELA ha entrado en remisión o detenido su avance, aunque no se entiende científicamente cómo y por qué ocurre esto.
Además, debemos de tener en cuenta que no todas las personas con ELA experimentan los mimos síntomas. Para algunos, los síntomas pueden comenzar en los músculos del habla, de la función de tragar, o bien en manos, brazos, piernas o pies. Eso sí, todas experimentan una debilidad y una parálisis muscular progresiva.
La debilidad muscular, la primera señal de ELA.
Los expertos destacan que una de las primeras señales distintivas de la ELA es la debilidad muscular. Esta se da en, aproximadamente, el 60% de los pacientes.
Estos son los síntomas iniciales más generales:
- Tartamudear.
- Tropezarse.
- Dejar caer objetos.
- Fatiga anormal en brazos y/o piernas.
- Calambres musculares
- Tics
- Episodios incontrolables de risa o llanto.
Las extremidades, manos o pies, pueden verse afectados al principio. En este caso, ocasiona dificultad para levantar objetos, caminar o usar las manos para cosas tan cotidianas como lavarse o vestirse.
Conforme van progresando la ELA, la debilidad y la parálisis se va extendiendo por los músculos del tronco del cuerpo. La enfermedad llega a afectar al habla, al tragar, a la respiración y al masticar.
En última instancia, cuando se ven afectados los músculos de la respiración, el paciente necesitará ayuda permanente para respirar para poder sobrevivir.
Debemos recordar que la ELA es una enfermedad que ataca solo a las neuronas motoras, por lo que el sentido de la vista, del tacto, del oído, del gusto y del olfato no se ven afectados.
Fuente: todadisca.com