El buen humor es una buena estrategia para reírse del infortunio, reírse resulta sanador, quien se ríe de su desgracia se encuentra en la etapa de aceptación.
Se trata de Hortensia Espíritu Gutiérrez una mujer de 67 años de edad, originaria del Estado de Guerrero, se apoya en pie izquierdo con discapacidad motriz como una de las secuelas que le dejo la Poliomielitis, madre soltera, con estudios de primaria .Hace 3 años y medio la vida le dio otra sorpresa más, su única hija de 33 años presentaba una enfermedad llamada Esclerosis lateral Amiotrófica (ELA) que la lleva a convertirse en su cuidadora primaria.
Al enterarse de las caídas frecuentes que tenía su hija y de no haber quien la cuidará, decide ir por ella y se la trae a vivir a la casa materna en la planta baja en un cuarto pequeño; llego con su hija y sus dos nietos.
Hortensia se mantiene firme como la palmera que se ha doblado pero ahí está soportando los vientos fuertes, lo hace como puede, con la mejor de sus intenciones y la intuición de que esta haciendo lo correcto, apoyándose con sus muletas y sus brazos a la altura de las axilas ya morados por el uso continuo de las mismas.
En una visita domiciliaria nos percatamos que Hortensia realiza su papel de cuidadora primara en la cama; le da de comer, la asea y viste a su hija Lo que le facilita su trabajo de cuidados es que su hija aun tiene fuerza en las piernas que le permiten deslizarse con una colchoneta de vinil para que después Hortensia pueda incorporarla sentada en su cama y con la mano tocar la espalda de su hija e incorporarla.
Paola hija de Hortensia ya no puede comunicarse, Hortensia intenta entenderle y no siempre hasta que en reiteradas veces le insiste y es como comprende la idea. Hortensia es guiada por su hija para que le acerque lo necesario y para realizar las gestiones pertinentes. Hortensia cuando nos habla por teléfono a la Asociación me dice: la patrona (refiriéndose a su hija) dice que si tienen esto, si saben de esto etc. y convirtiéndose en su porta voz.
Hortensia se encuentra ocupada en las actividades del día a día. No se ha dado tiempo para hacer unan excesiva reflexión de la enfermedad de su hija, mucho menos de indagarlo en las redes sociales. Ella hace cuando puede y lo que esta en sus manos, esto le ha permitido vivir el día a día de una manera más natural ocupándose de lo que va surgiendo, no hay tiempo para pensar en la muerte, ni si quiera de evocarla.
En estos 3 años y medio Hortensia desde su propia experiencia de vida, anima a su hija hacerse la fuerte, a resistir, le ayuda aliviar los síntomas que se le van presentando con los medicamentos que tiene y con una dosis de buen humor ante las expresiones propias de su cotidianidad y dichos. Hortensia cuenta la siguiente anécdota cuando escucha a su hija le decía maaaa, maaa; le dijo pareces borrega ahorcada y terminan riendo ambas.
El buen humor es una buena estrategia para reírse del infortunio, reírse resulta sanador, quien se ríe de su desgracia se encuentra en la etapa de aceptación.
“Si tu cuerpo te limita, no dejes que tu mente también lo haga” –Stephen Hawking
Hortensia esta agradecida de habérsele incluido en el programa un respiro al cuidador primario, Hortensia estaba prácticamente oculta a los ojos de los demás, cuidando de su hija. Ahora la visibilizamos, nos ha permitido descubrir las estrategias con las que cuenta además de pasársela cantando para asustar los malos ratos.