Cuando ocurre un infarto cerebral o se dan patologías como la epilepsia, el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica o la esclerosis múltiple, se produce un proceso conocido como “excitotoxicidad” que actúa directamente sobre las neuronas, dañándolas y provocando su muerte.
En general, las células nerviosas sufren oxidación como resultado del envejecimiento natural y tienen formas de resistencia que les permiten sobrevivir y continuar funcionando a lo largo de la vida de una persona. Pero estos mecanismos desaparecen o pierden paulatinamente efectividad en un cerebro que sufrió daños agudos.
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, junto a la Universidad Autónoma de Madrid y Ciberned (Centro de Investigación en Red de Enfermedades Neurodegenerativas), descubrió que la proteína kinasa “es clave en la supervivencia neuronal, porque la excitotoxicidad actúa directamente sobre ella, neutralizándola”.
Además, entre los logros, los investigadores diseñaron una forma mutada de proteína kinasa que genera un nivel muy alto de protección para las neuronas, haciéndolas más resistentes a la oxidación patológica.
Sin embargo, como todo desarrollo científico, este descubrimiento tiene un riesgo potencial que debe seguir siendo analizado y reducido. Al respecto, la doctora Teresa Iglesias, investigadora principal del proyecto, hizo hincapié en que “los fármacos y terapias dirigidas a proteger o potenciar el efecto neuroprotector de la proteína kinasa pueden estimular la supervivencia no deseada de otro tipo de células, ya que dicha proteína está muy potenciada, por ejemplo, en células cancerosas, por lo que favorecería su crecimiento desmedido”.
Fuente: Hoy en la noticia