La higiene es fundamental para mantener un buen estado de la piel, prevenir complicaciones y proporcionar bienestar.
Es importante que usted mantenga el mayor tiempo posible la autonomía en la realización de su aseo personal. Sin embargo, dependiendo de la evolución de su enfermedad, puede precisar algún tipo de ayuda, tanto por parte de sus familiares o cuidadores como de las adaptaciones técnicas que le facilitarán esta actividad.
Puede llegar un momento que usted precise que sus cuidadores tengan que realizar su aseo en la cama. En este caso, es conveniente conocer algunas recomendaciones que les pueden ayudar.
¿Que va a necesitar?
Dos palanganas (una con agua jabonosa y otra con agua limpia).
Una esponja.
Dos toallas.
Un protector para no manchar el colchón.
Ropa para la cama.
Ropa para cambiar al paciente.
Cremas protectoras corporales para prevenir úlceras, como por ejemplo el aceite de almendras.
Complementos del aseo (peine, cepillo de dientes, utensilios de afeitado, etc.).
Depresor, torunda, antiséptico y vaselina para el aseo bucal.
Una vez preparado todo el material se empezará lavando y secando la cara, orejas y cuello con el agua sin jabón, prestando especial atención al cuidado de los ojos, que siempre deberán lavarse desde la parte interna a la externa.
A continuación se procederá a lavar y secar las manos, brazos y tórax. En las mujeres se realizará un lavado y secado minuciosos de los pliegues de las mamas. Después se lavará el abdomen, haciendo hincapié en la zona del ombligo y pliegues inguinales y posteriormente se lavarán las piernas y los pies, procediendo de abajo arriba para favorecer la circulación de retorno, sin olvidarnos de los espacios interdigitales.
Para el aseo de la espalda se colocará al paciente en decúbito lateral (de lado) y se aprovechará este momento para valorar el estado de su piel y detectar posibles zonas enrojecidas o la aparición de úlceras. Se le dará un masaje con loción hidratante y se le aplicará crema protectora.
Finalmente, se cambiará el agua y se colocará al paciente boca arriba (decúbito supino) para realizar el aseo de los genitales. En el caso de las mujeres, se lavará la zona perineal desde delante hacia atrás. En los hombres, se retirará el prepucio para facilitar la limpieza del glande y se volverá a colocar en su lugar.
Cuando usted quiera lavarse el cabello, resulta útil disponer de un lavacabezas o bien puede utilizar un hule protector, una bolsa de plástico y una palangana. La posición más cómoda es en decúbito supino, con los hombros lo más cerca posible de un extremo de la cama y colocando una almohada debajo de éstos y una toalla alrededor del cuello.
La higiene de la boca debe realizarse después de cada comida y siempre que sea necesario, sobre todo si usted la nota muy seca o con secreciones. Aunque usted tenga nutrición enteral, también debe lavarse la boca al menos 2 o 3 veces al día. Si usted no puede lavarse la boca solo, procederán a su limpieza con la ayuda de una gasa, enrollada alrededor de un depresor o palito mojado con una solución antiséptica, primero limpiando el paladar y la lengua y posteriormente con el cepillo u otra torunda los dientes y las encías. Se puede aplicar vaselina en los labios para prevenir grietas.
Para cambiar la ropa de la cama se colocará al paciente en decúbito lateral, adoptando medidas de seguridad para evitar caídas. Primero se enrollará la sabana bajera hacia la espalda y a la vez, se colocará la mitad de la sábana limpia, remetiéndola por debajo de ésta. En caso de precisar de algún tipo de protector para la cama, éste será el momento de colocarlo. Se girará a la persona hacia el otro lado y se retirará la sábana sucia, estirando bien la limpia para no dejar pliegues. A continuación se colocarán la sábana de arriba, la manta, la colcha, etc.
Fuente: Asociación Española de Esclerosis Lateral Amiotrófica.