Antes del boom mexicano en la meca del cine, Luis Mandoki se atrevió a hacer la primera película en inglés y ganó una nominación al Oscar.
En México, Gaby Brimmer era ya una mujer famosa.
El libro que escribió sobre su vida Elena Poniatowska en 1979 le dió un impulso extra a esta pionera activista con parálisis cerebral y su lucha por la plena inclusión de las personas con discapacidad. Ese libro fue una obra ‘colaborativa’, un diálogo a dos voces entre Gaby y Elena, la primera biografía de una persona con una condición de vida en el país.
Con algunos desencuentros (Poniatowska se sintió aislada del guión de la película) en 1980 el joven director Luis Mandoki decide retomar la historia y llevarla al cine. Él ya traía un ‘fogueo’ internacional con estudios en San Francisco -en el Art Institute- y en London International Film School. En 1976, su cortometraje «Silent Music» ganó el premio más importante en su categoría durante el Festival de Cannes.
“Gaby, me llevó ocho años y es la historia de una mujer extraordinariamente inteligente y sensible que sólo tiene control de su pie izquierdo. Me llevó 8 años lograr un buen guión y desde el inicio me plantee tomar un tema con raíz nacional pero con proyección internacional”, dijo en una entrevista en 1987 cuando enfundado en un smoking asistía a la edición XX de los Oscars donde la historia de Gaby Brimmer estaba en la pantalla de millones de televisores alrededor del mundo.
La actriz argentina Norma Aleandro, que hacía el papel de la asistente personal de Gaby, fue nominada como mejor actriz secundaria.
“Mi idea original era filmarla en español, pero en esa época el Imcine no me apoyó, aunque hice 140 horas de antesala”, recordó en aquella entrevista, “un día, Luciana Cabarga (directora de cine) me dijo que tradujera el guion de Gaby al inglés. Yo no lo visualicé así. Nunca me imaginé a la nana de Gaby, Florencia, hablando en inglés. Pero recordando que ‘El beso de la mujer araña’ la habían filmado en inglés, me di cuenta de que la posibilidad era real”.
La película no fue mexicana sino estadounidense: “Gaby, a true story”. Todo el desarrollo, financiamiento y producción se hizo en Los Ángeles.
Fue una película que tuvo un presupuesto de 5 millones de dólares, algo fuera de serie para una cinta con un director mexicano hace 36 años. Recaudó sólo 125 mil dólares.
Fuera de Norma Aleandro, el resto del elenco principal se completó con reconocidos actores de Estados Unidos: Liv Ullmann y Robert Loggia fueron los padres en la historia y el papel de Gaby lo tomó la actriz Rachel Chagall.
Chagall (que fuera luego conocida como la Val, la mejor amiga de la protagonista de The Nanny) conocía de cerca la vida con un cuerpo paralizado ya que cinco años antes de tomar el papel de Gaby sufrió del síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad neurológica que inmoviliza los músculos.
“Hasta ese momento yo sólo había pensado en Hollywood como un sueño, pero las circunstancias me fueron llevando para allá. En México las puertas estaban cerradas y en Estados Unidos se me abrían. Mi pasión era hacer cine y finalmente me quedé más de 15 años haciendo cine en Hollywood”, decía por aquellos años Mandoki, “tuvimos una nominación para el Oscar y dos para los Golden Globes. Conseguimos un alto impacto internacional con la crítica. El impacto lo logramos porque la historia es muy humana. Eso abrió la brecha. Yo fui el primer director mexicano que se fue a hacer cine a Hollywood. En esa época causó mucha controversia el que me hubiera ido para allá”.
Pocos saben que entre su equipo de colaboradores, la película de Gaby fue la primera producción cinematográfica en la que trabajó un estudiante de cine llamado Alfonso Cuarón (que luego cosecharía cinco Oscars y hoy es una de los líderes en la industria).
Gaby Brimmer puso ese año el tema de la inclusión, de los derechos de las personas con discapacidad en el mayor escenario del cine. Su historia y el tratamiento que le dio Mandoki generó notas, debates y sobre todo marcó el inicio de una nueva manera de mostrar la vida de quienes viven con alguna condición.
En 1987, sin moverse de su silla de ruedas, la enorme Gaby dio la vuelta al mundo.
Por Bárbara Anderson
Fuente: yotambien.mx/actualidad