¿Sabes qué le ocurre a tu piel cuando hace frío?
Para proteger la piel es importante que conozcas qué le ocurre a tu piel cuando interactúa con temperaturas como las que estamos teniendo estos días.
¿Sabes qué le ocurre a tu piel cuando hace frío?
• Los capilares sanguíneos de tu piel se contraen haciendo que llegue menos oxígeno y nutrientes a tus células cutáneas, es por eso que la piel tiene un aspecto más apagado en invierno.
• Cuanto más frío hace, menos grasa secretan tus células sebáceas, así que la protección grasa natural que tiene la piel se pierde.
• La falta de una película grasa hace que la humedad de la piel se evapore y es posible que notes la piel tirante e incluso con picor.
• Los contrastes de temperatura del interior al exterior refuerzan este proceso.
Seguro que sabiendo todo esto te animas a mimar un poco más al órgano más grande que tenemos, la piel.
¿Qué puedes hacer para proteger la piel en invierno?
• Dúchate y asea a la persona dependiente de la cual te ocupas con un gel que contenga un pH neutro para mantener el manto lípido de tu piel.
• Hidrátala bien tras el aseo (si necesitas hidratar la piel varias veces al día no dudes en hacerlo).
• Presta especial atención a la piel de cara y manos puesto que son las zonas más expuestas al frío e hidrátalas muy bien.
• Adopta medidas generales de autocuidado; dieta sana, hidrátate bien, evita tomar café, té o fumar ya que provocan vasoconstricción; tu sangre circulará peor y puede ser que tengas más frío, además de la piel menos irrigada y nutrida.
¿Qué productos elegir para tu cuidado?
Si elegimos una crema para nosotros es importante elegir el producto adecuado en función de la situación en la que nos encontremos. Si estamos eligiendo un producto para la persona de la que nos ocupamos tendremos que tener en cuenta entre otros factores:
• Su edad
• Su estado general
• Qué tipo de piel tiene
Además, debemos ser conscientes de que la piel de nuestros mayores es más fina y está menos vascularizada, por lo que el producto que elijamos debe tener en cuenta las necesidades dermatológicas de la persona a la que cuidamos.
Fuente: El rincón del cuidador