Visita virtual a la Casa Monet en Giverny y el Museo Van Gogh de Amsterdam
El mundo de la pintura intenta en los últimos años acercar a los artistas al gran público por medio de exposiciones inmersivas repletas de alicientes y espectacularidad. Dos de las que recientemente han pasado por Barcelona han sido la dedicada a Claude Monet en el nuevo Centre D’Arts Digital Ideal o Meet Van Gogh, que han acogido a miles de visitantes atraídos por la belleza de sus obras. Ahora no podemos disfrutarlas, pero sí nos podemos dar un paseo por la vida y obra de estos pintores gracias a las visitas virtuales que nos permiten hacer tanto de la Casa de Monet como del Museo de Van Gogh en Amsterdam.
Empezaremos por viajar hasta la residencia de Monet en Giverny. Nos recibe la fachada con sus característicos bancos y escaleras verdes en un jardín repleto de flores. Una flecha nos indica que debemos dirigirnos a la puerta y adentrarnos en la vivienda. Moviendo el ratón podemos ver todos los detalles. En el vestíbulo, a la izquierda hay un espejo. Tenemos tres opciones para seguir, pero nos indican que, para seguir la visita, es mejor empezar yendo a la izquierda, donde se encuentra el pequeño Salón Azul y la colección de ilustraciones japonesas. Un armario con libros y un gran reloj de péndulo completan la estancia.
La siguiente pieza es el mercado (L’epicerie), es un espacio central en el que se muestran diversos cuadros sobre el comercio entre Oriente y Occidente. Unas especias en el armario permiten evocar diversos aromas como si fueran los colores de una paleta. Bajando unas pequeñas escaleras llegaremos al salón-taller, donde se exponen muchas obras del artista, la mayoría sin ni siquiera estar enmarcadas. Cada una de ellas representa una etapa de su vida, una habitación acogedora y muy artística.
Volvemos hacia atrás y subimos las escaleras hasta la primera planta para llegar a la habitación del pintor, el dormitorio donde vivió y falleció. Está decorada con muchos cuadros impresionistas, pero ninguno es suyo, todos pertenecen a jóvenes artistas de esta corriente pictórica. Al lado encontraremos un elegante aseo lleno de grandes obras entre las que destacan los bodegones.
A continuación se halla el lavabo de Alice Hoschedé, su esposa, con una decoración sencilla y dibujos japoneses. La habitación de Alice está comunicada con el mismo y también destaca por su simplicidad y sus motivos florales y todos los marcos de puertas y ventanas de color azul cielo. Más adelante encontraremos el cuarto de Blanche Hoschedé, una pintora que fue hijastra, nuera y discípula de Monet. Las flores aparecen por todos los rincones de la estancia.
Regresamos al vestíbulo principal para dirigirnos ahora al comedor, todo él pintado de amarillo. Allí descubrimos que sus platos favoritos eran los espárragos, el pato asado, las becadas, las perdices y las ensaladas y cuentan que el artista acostumbraba a abrir las ventanas para alimentar a los pájaros. Al fondo, se encuentra la cocina, donde predomina el color azul. La ventana da a la calle para saber cuándo llegaban los proveedores y se comunica con una escalera que va a la cava donde se encontraban los vinos. Eso sí, se echa a faltar que también podamos dar una vuelta por sus majestuosos jardines.
También podemos recorrer las instalaciones del museo Van Gogh de Amsterdam y acceder a la planta baja y la primera planta, donde se halla la obra del pintor. Un audiovideo introductorio (en inglés subtitulado) nos prepara para lo que podremos ver: 600 de sus cuadros y 700 cartas, la mayor colección del mundo, pero también incluye obras de otros autores. Tras su espectacular fachada acristalada, en el vestíbulo, nos da la bienvenida una gran reproducción de su Autorretrato con sombrero de fieltro gris (1887). Algunas de las obras ofrecen una pequeña explicación en inglés y holandés y pueden ampliarse.
En la primera sala se muestran algunas de sus obras, pero también las que le sirvieron de inspiración. Podemos ver una comparación entre Joven mujer campesina con una azada (1882) de Jules Breton y un cuadro parecido de Van Gogh, Mujer levantando patatas (1885) o la Henificación de León Lhermitte. Subimos a la primera planta donde se encuentra el original de autorretrato antes citado y la pintura de un soldado El Zuavo (1888). En la sala contigua hallaremos sus obras realizadas en Nuenen (1883-85) como La cabaña, El devanador, Mujer cosiendo, Bodegón con Biblia o La vicaría en Neunen y las correspondientes a su estancia en Antwerpen (1885-86) como Cabeza de un esqueleto con un cigarrillo ardiendo, el Retrato de una prostituta y Cabeza de una prostituta.
Un vestíbulo repleto de bodegones con frutas y flores nos lleva al siguiente espacio sobre su etapa parisina (1886-87) donde hallaremos su Autorretrato con sombrero de paja o el óleo Los tejados de París y la que pasó en Arles (1888-89) con sus famosos Girasoles, La silla de Gauguin, El sembrador, Los huertos en flor, El campo de trigo, La cosecha, El puente de Langlois, la Marina de Saintes Maries de La Mer o las pinturas de árboles como El blanco del huerto, El durazno rosa o El huerto con ciruelos en flor. En la pared de enfrente se encuentran Un par de zuecos de cuero, el Retrato de Camille Roulin o La granja del campo de trigo.
Seguimos adelante para repasar su periodo en Saint Rémy (1889), donde destacan el Campo de trigo con segador, El jardín del Hospital Sant Paul o Irises. En la misma habitación se encuentra el espacio dedicado a Auvers-sur-oise (1890) con su Paisaje con el Castillo de Auvers al atardecer o sus originales Raíces de árbol. El último espacio de esta sala se dedica a la influencia japonesa en su obra. Un viaje por dos espacios repletos de arte y detalles que vale la pena descubrir… aunque sea online.
Fuente: elperiodico.com