Agotamiento emocional y físico son los principales síntomas que se presentan.
El cuidador llega tener unos niveles de estrés que afectan seriamente su salud y la labor de cuidado. Entender qué es el síndrome del cuidador quemado, porqué se produce y reconocer que lo está experimentando, es el primer paso para que el cuidador busque la ayuda que necesita.
Aislamiento de los amigos, la familia y otros seres queridos: debido al impacto que produce la enfermedad del familiar en la vida del cuidador, existe una tendencia a romper con las dinámicas habituales y con su estilo de vida. Este aislamiento, a la par que síntoma del síndrome del cuidador quemado, es también una causa de agotamiento del cuidador.
Problemas de memoria y dificultad para concentrarse: el cuidador de alzheimer u otras enfermedades, presenta problemas para recordar y poner atención a tareas de la vida cotidiana
Molestias digestivas, palpitaciones, temblor de manos.
Consumo excesivo de bebidas con cafeína, alcohol o tabaco.
Consumo excesivo de pastillas para dormir u otros medicamentos.
Propensión a sufrir pequeños accidentes.
Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba: en estrecha relación con lo anterior, en el cuidador quemado aparece una sensación de vacío, las actividades que antes resultaban placenteras resultan aburridas, y existe una pérdida de motivación por realizarlas nuevamente.
Sensación de melancolía, irritabilidad, desesperanza e indefensión: en la persona con síndrome del cuidador quemado aparece una sensación de tristeza, de molestia por todo. La vida a veces resulta como carente de sentido y esperanza, ya que se tiene la sensación de que pasa el tiempo y no se están concretando metas personales, si la familia no apoya al cuidador esto se agrava, y aparece una sensación de indefensión.
Cambios en el apetito, el peso, o ambos: ocurren cambios en los hábitos alimenticios que afectan el peso de la persona.
Cambios en los patrones de sueño: debido a que debe atender por largas horas al familiar aquejado de demencia, los horarios de sueño del cuidador se alteran ya que están en función de la enfermedad del paciente que debe cuidar.
Enfermarse más a menudo: Puede aparecer la tendencia a enfermar con más frecuencia que antes, debido a la sobrecarga y sus efectos en la salud física y mental del cuidador.
Sentimientos de querer hacer daño a sí mismo o la persona a quien está cuidando: es común cuando se está afectado por el síndrome tener ideas un tanto irracionales de daño, a si mismo o a la persona que debe cuidar.
El agotamiento emocional y físico: el cansancio, la sensación de no poder más, y de sentirse desgastado aparece con frecuencia cuando el síndrome se presenta en los cuidadores.
El 76,3 % de las personas identificadas como cuidadoras principales son mujeres. Por edad, por cada hombre mayor a 64 años que realiza estas tareas, hay cuatro mujeres cuidadoras. Sin embargo, a las personas mayores de 80 años suelen cuidarlas equitativamente entre ambos sexos.
El número medio de horas de cuidado diarias es de 10,6 horas. A medida que aumenta el número de horas de cuidado, disminuye la calidad de vida del cuidador. Hay que tener en cuenta que el 39, 42 % de los cuidadores dedican más de 8 horas al cuidado del dependiente, y un 27,39 % dedica las tres cuartas partes del día a estar pendiente de su familiar.
El tiempo medio de años de cuidados son 6,5 años. Al igual que en el caso anterior, en la medida que aumenta el número de años de cuidado desciende la calidad de vida del cuidador. (Marrodán, 2009)
Las horas se vuelven más largas, la tristeza aparece, la sensación de vacío y nulidad se apodera de la persona. El proyecto de vida personal se estanca debido a que ese familiar que ahora padece demencia reclama ayuda y apoyo incondicional.
Tenemos que aprender a reconocer el síndrome del cuidador quemado e intentar pedir ayuda cuando sea evidente que se ha instaurado en nuestras vidas ¿Que no es fácil? Lo sabemos, pero sigue leyendo, puede que este artículo te sea útil.
Otras de las causas del síndrome del cuidador quemado son:
La confusión de roles: Muchas personas se confunden cuando deben cumplir su papel de cuidador. Puede resultarles difícil separar su rol de cuidador de su rol como esposo(a), amante, hijo, amigo, etc.
Las expectativas poco realistas: muchos cuidadores que terminan experimentando el síndrome del cuidador quemado esperan que su participación tenga un efecto positivo en la salud y la felicidad de la persona. Es cierto que sus atenciones garantizan mejor calidad de vida para el enfermo, pero muchas veces los cuidadores esperan una mejoría por encima de las posibilidades reales de recuperación del paciente que tienen a su cuidado. Esto puede ser poco realista, sobre todo para las personas que sufren de una enfermedad progresiva como el parkinson o el alzheimer.
La falta de control sobre la situación: muchos cuidadores se sienten frustrados por la falta de dinero, recursos y habilidades para planificar, gestionar y organizar el cuidado de sus seres queridos. Esta es una causa fundamental del síndrome del cuidador quemado.
Exigencias poco razonables: Algunos cuidadores imponen cargas irrazonables sobre sí mismos, en parte porque creen que solo ellos son los responsables del paciente. Algunos miembros de la familia, como hermanos, hijos adultos, o el paciente mismo, y hasta el propio cuidador, pueden imponer exigencias poco razonables.
Muchos cuidadores no pueden reconocer cuando están sufriendo el desgaste y, finalmente, llegan al punto en que no pueden funcionar con eficacia. Incluso pueden enfermar.
Fuente:Infotiti