Este domingo 14 de marzo se cumplen tres años de la muerte de Stephen Hawking, uno de los científicos más importantes de la historia. Hawking fue, además de un físico teórico, astrofísico, cosmólogo y un divulgador científico de referencia, un icono para toda la sociedad.
Sus aportaciones en el terreno científico fueron notables. Destaca el desarrollo de teoremas espacio-temporales junto con Roger Penrose en la década de los 70, con los que confirmó que el Universo se creó a partir de una singularidad, una región de curvatura infinita en el espacio-tiempo, el Big Bang.
También cabe mencionar sus estudios y teorías sobre los agujeros negros. En 1974, descubrió que los agujeros negros podían emitir radiación térmica (que hoy se conoce como radiación de Hawking) y, eventualmente, podían evaporarse y desaparecer. Sin duda, sus hallazgos y teorías plantearon una nueva manera de entender el Universo.
Más allá de su carrera científica prolífica, hay numerosos episodios de la vida del cosmólogo británico que lo convirtieron en un ejemplo de superación.
Vida de Stephen Hawking
Stephen William Hawking nació en Oxford el 8 de enero de 1942. Curiosamente, en esa fecha, se cumplían 300 años de la muerte de Galileo Galilei, otra figura que marcó un antes y un después en el campo científico.
Hawking estudió Ciencias Naturales en la Universidad College de Oxford y se especializó en Física. Posteriormente, realizó estudios de posgrado en el Trinity Hall de Cambridge. Su interés en esos años se focalizó en la Cosmología. De hecho, su tesis doctoral, presentada en 1966, versaba sobre esta cuestión. Su título es “Propiedades de Universos en Expansión”.
A los 22 años, se le diagnosticó Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), justo cuando estaba preparando su matrimonio con Jane Wilde. Los médicos le dieron 2 años de vida, pero él no se resignó y no se rindió. A pesar de los obstáculos que le puso la enfermedad, continuó ilusionado con sus proyectos y descubrimientos.
La afección que sufría le hizo perder progresivamente la movilidad y tenía que usar una silla de ruedas eléctrica, puesto que sus brazos no respondían. Perdió el control neuromuscular y sus capacidades motoras se vieron mermadas. Hawking siguió dedicando su vida a la ciencia y en 1979 fue contratado como profesor Lucasiano de la Universidad de Cambridge, es decir, el titular de la Cátedra de Matemáticas de la universidad. Ocupó este cargo durante tres décadas.
A nivel personal, tuvo tres hijos y se divorció de Wilde. Más adelante, en 1995, se casó con la que era su enfermera, Elaine Mason. Se divorciaron en 2006.
En 1985, sufrió otro contragolpe que le dejó unas secuelas importantes. Durante un tiempo, estuvo en Suiza y sufrió una neumonía que obligó a que le realizaran una traqueotomía para poder salvarle la vida. Perdió la voz y eso hizo que le instalaran un sintetizador, un sistema que emitía sus palabras con un movimiento de una de sus mejillas y el parpadeo de un ojo.
Tres años después, publicó el libro “Breve historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros”, con el que aún se hizo más popular. Se vendieron más de 25 millones de ejemplares. Una de sus obsesiones era acercar la física a todo el mundo, hacerla comprensible para todos. Para ello, realizó diversas conferencias y charlas en muchas ciudades del planeta.
Uno de sus sueños era viajar al espacio. Su optimismo y su capacidad para no rendirse nunca le permitieron tener una experiencia en un espacio de gravedad cero en 2007. Se convirtió en la primera persona cuadripléjica en conseguirlo.
En sus últimas intervenciones públicas, el británico admitía que los humanos deberían salir de la Tierra en unos años para poder sobrevivir como especie. Advertía que había varios riesgos que podían comprometer la existencia de la Humanidad: el calentamiento global, una guerra con armas nucleares o biológicas y la nula regulación y poco control en la creación de la inteligencia artificial. Sin duda, su credibilidad hace que este aviso deba ser tomado muy en consideración por la comunidad científica y por toda la sociedad.
Finalmente, su familia dio a conocer que Stephen Hawking había fallecido en su domicilio en Cambridge el 14 de marzo de 2018. Una gran lección de vida que dio es que nunca se dio por vencido, ya que convivió con la ELA durante 54 años. La esperanza de vida de esta enfermedad está en un año y medio. Pese a la enfermedad, siguió trabajando intensamente en la termodinámica, la relatividad y la mecánica cuántica, nunca dejó atrás su carrera como divulgador.
También tenía un gran sentido del humor. Uno de los ejemplos que lo constatan fue su participación en un cameo en The Big Bang Theory.
Además de su brillantez intelectual, Hawking es un ejemplo de superación y de tener la capacidad para sobreponerse a las adversidades. Fue un científico y una persona que marcó una época y a varias generaciones.
Fuente: niusdiario.es/